Entre las muchas informaciones que circulan por la red hemos descubierto una composicin, un tanto atpica, con una imagen en que se representa a Carles Picodemonte con un bigote hitleriano y rodeado de simbologa nazi. Aparte de descubrir un notable y siniestro parecido entre ambos personajes Adolf y Carles - nos llam la atencin un cita que, atribuida al primero de ellos, el segundo parece haber hecho suya en toda su extensin. Cuando reemprenda mis actividades, deber seguir un nuevo rumbo en la poltica [] Es posible que dure algo ms de tiempo el poderles ganar mediante votos en las elecciones que fusilndolos, pero al final su propia constitucin nos brindar el xito
Tras hacer algunas indagaciones pudimos comprobar que la cita es fidedigna, como as lo atestigua Joachim Fest en su aplaudida y extensa obra: Hitler, una biografa; publicada en Espaa 2005 - ISBN 84-08-05792-8 (la cita en cuestin aparece en la pgina 325). En 1925, Hitler transmiti a sus aclitos esta nueva directriz poltica, precisamente cuando cumpla condena en la prisin de Landsberg por los sucesos del 9-N. El nueve de noviembre de 1923 tuvo lugar el denominado Pustsch de Munich, fracasado intento de golpe de estado instigado por el partido nazi (NSDAP). En dicho intento Hitler empleo a las Sturmabteilung (SA) - antecedente de las tristemente clebres Schutzstaffel ("SS") - que fueron creadas en 1925 -. Estas fuerzas, mediante espurias maniobras, haban obtenido autorizacin del gobierno bvaro para actuar como auxiliares de polica y garantizar el orden pblico. Naturalmente se trataba de un maysculo engao y Hitler las empleo precisamente para lo contrario: tomar puntos estratgicos, generar violencia y sobre todo para impedir la actuacin de las fuerzas de polica gubernamentales. Sin embargo la polica y el ejrcito reaccionaron a tiempo y con la proporcionalidad que la situacin demandaba (a tiros como no poda ser de otra manera) contuvieron a los golpistas. En los enfrentamientos murieron veinte personas: catorce militantes nazis, dos de la Reichskriegerflagge (un grupo ultraviolento afn a los nazis) y cuatro policas.
El golpe haba fracasado. Pues no, ni mucho menos. Hitler que nunca ocult sus delictivas intenciones tir del victimismo ms cnico y desvergonzado y as los cuatro policas muertos (Friedrich Fink, Nikolaus Hollweg, Max Schobert y Rudolf Schraut) fueron criticados y olvidados mientras los diecisis delincuentes, los violentos, los golpistas fueron convertidos en mrtires. Para evitar males mayores Hitler fue juzgado con extrema indulgencia (tremendo error pudo comprobarse aos despus) y solo fue condenado a cinco aos. Empero, para mayor escarnio y absurdo, el lder prepotente golpista que nunca se mostr arrepentido no llego a cumplir ni un ao (el buenismo no es un invento moderno). Hitler tan solo pas nueve meses en la prisin de Landsberg rodeado de comodidades y privilegios, tiempo que aprovecho para escribir su infame Mein Kampf (Mi Lucha) y reconsiderar su estrategia: usar procedimientos aparentemente legales y democrticos para acabar con la legalidad y la democracia. Recordemos de nuevo su certera afirmacin.
Cuando reemprenda mis actividades, deber seguir un nuevo rumbo en la poltica [] Es posible que dure algo ms de tiempo el poderles ganar mediante votos en las elecciones que fusilndolos, pero al final su propia constitucin nos brindar el xito. Haciendo uso de mi libertad de expresin y opinin, confieso que me preocupan ciertas analogas:
La fecha: 9-N (2014 / 1923). El 9-N de 2014 en Catalua podra recordar al 9-N de 1923 en Alemania; el punto de partida para la consagracin de una poltica suicida, cnica y desvergonzada.
El lder. Carles podra parecerse a Adolf. Ambos son eglatras, narcisistas y declaran sus delictivas intenciones sin ningn pudor, la nica diferencia podra estar en el bigote. Adolf quera ser el redentor del pueblo alemn, el Fhrer del Reich de los mil aos, Carles quiere ser el salvador del pueblo cataln y primer presidente de la Republica Libre de Catalua (con plaza y estatua ecuestre a ser posible).
El golpe. Llmese Putsch o llmese Golpe; un golpe de estado es lo mismo de grave en Alemania, en Espaa o en cualquier parte del mundo. Es un atentado contra la democracia y el estado de derecho cuya consideracin no puedes ser otra que la de tipo delictivo extremadamente grave.
La propaganda. La propaganda en la Alemania nazi, se basaba en un falso y descarado victimismo que tergiversa la historia e inventa agravios e injusticias. Joseph Goebbels el ministro de propaganda nazi fue el paradigma y maestro de tan nocivas y mal intencionadas prcticas. Oriol debe sin duda ser gran irador de Joseph, al menos ha aprendido bien sus lecciones aplicando con soltura y lamentable eficacia aquella mxima de su maestro que afirmaba que una mentira repetida mil veces se convierte en realidad.
La violencia (por accin y omisin). La violencia no aparece por generacin espontnea. Los responsables podran ser los Mossos (por omisin) que bien podran recordar a las Sturmabteilung (SA) y sin duda los ultraviolentos de la CUP (por accin) que sin duda se inspiran en sus colegas nazis del NSDAP y de la Reichskriegerflagge.
Es cierto que tambin hay algunas diferencias, algunas triviales y otras no tanto. El golpe de estado en Alemania se produjo el siglo XX y el de Catalua en el XXI. Las mentiras de Goebbels se decan en alemn las de Oriol en cataln.
Hitler (instigador del 9-N de 1923) hizo gala en su locura de una cierta valenta y coherencia asumiendo hasta el final sus descabellados desmanes, Artur (instigador del 9-N del 2014) se dio mus y paso la patata caliente al nclito y brillante Carles que, como Adolf, tendr que asumir ms pronto que tarde muy graves responsabilidades histricas y si la fortuna fuese propicia tambin penales. Pero sin duda, la principal diferencia es que, en el momento del putsch el Estado alemn reaccion con proporcionalidad (con la contundencia que la situacin exiga) y el Estado espaol lo hizo con una total candidez (por no decir algo peor). Lamentablemente la contundencia alemana dur muy poco (craso error) y se transform en condescendencia. Hitler vio la luz: lo ms fcil y seguro era acabar con la democracia con herramientas pseudodemocrticas; los nazis se introduciran en las instituciones para bloquearlas, corromperlas y liquidarlas, como cruel e inexorable cncer que con sus metstasis va extendiendo la podredumbre a los rganos vitales y acaba matando al ser que le acoge. Consejo mdico: la terapia contra el cncer (nazis del siglo XX o del XXI) es agresiva y traumtica pero es la nica esperanza de salvacin; la inaccin lleva a una muerte segura. El 9-N (1923) Hitler y sus aclitos emprendieron un camino en apariencia democrtico - que llev a su pueblo a vivir una de las etapas ms tristes y vergonzantes de su historia. El 9-N (2014), Artur y sus aclitos han emprendido un camino similar con anlogos argumentos, procedimientos y herramientas.
Lo sucedido el 1-O es un hito ms en esta carrera al precipicio y es una pena. Si Carles y sus aclitos no son detenidos que se preparen las minoras y los disidentes. Pero que quede claro que los nicos responsables son los nazis del siglo XXI no los Policas y Guardias Civiles que, con absoluta profesionalidad, defienden la democracia y el estado de derecho. Llegados a este punto y para ir concluyendo, conviene dejar claro que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; llevadas a una encerrona por las Sturmabteilung de la Generalitat (tambin conocidas como Moᛋᛋos de Escuadra) se han comportado con una inmensa exquisitez e infinita paciencia. Y por ello, lo que hasta ahora han sido opiniones convierto en rotunda y apodctica afirmacin: NINGN CUERPO POLICIAL EN EL MUNDO ENTERO HABRA RESUELTO CON TANTA DELICADEZA Y PROFESIONALIDAD UNA SITUACIN DE TAN ALEVOSA PROVOCACIN Y PREMEDITADA VIOLENCIA.
Y a la postre este es el verdadero objeto de estas letras, dejar constancia de mi respeto, iracin y apoyo a los Policas Nacionales y Guardias Civiles desplazados a Catalua. NO OS VAYIS NUNCA, LOS ESPAOLES Y MUY EN PARTICULAR LOS CATALANES OS NECESITAMOS. (Eva de Lezo)