Tras el recientecambio de Gobiernoofrecemos un anlisis sobre lo que puede ser el panorama de la poltica de Defensa para los prximos dos aos. El presidente Pedro Snchez ha afirmado que agotar la legislatura y que no convocar elecciones hasta 2020, as que estar obligado a mantener alianzas dbiles en minora parlamentaria. En este escenario, los asuntos estratgicos de seguridad resultarn extremadamente incmodos.
Elpunto de partidaes un Ejecutivo socialista que cuenta con 84 diputados (para aprobar cualquier proyecto o iniciativa necesitar alcanzar 176 votos), unos socios parlamentarios populistas y nacionalistas con fuertes intereses opuestos, una Mesa del Congreso en contra, y un Senado en minora. El actual Gobierno es el resultado inesperado de una mocin de censura y ha supuesto el parn o la posible modificacin de importantes temas relativos a la Defensa, con una agenda de prioridades en situacin lmite, como expuso el Jefe del Estado Mayor (JEMAD) durante el debate de los Presupuestos Generales de Estado.
Tras una semana de puesta en escena del nuevo equipo, de ampliacin de carteras ministeriales y de promesas de reformas, una acertada percepcin esttica de cambio ha dado paso a lapreocupacin. Enfrentarse a la realidad del panorama geopoltico y de conflictos implicar malas noticias en La Moncloa y sern aprovechadas en el Parlamento, por unos y otros, para la prxima cita electoral o el mercadeo de competencias autonmicas. Recordemos que quienes han favorecido el cambio de gobierno son partidos polticos que cuentan con un proyecto poltico independentista, nacionalista o abiertamente enfrentados contra la identidad nacional, lo que implica un nulo inters por los temas de Defensa, es decir, ejercicio de la soberana, unidad indisoluble de Espaa, y sentido de Estado para salvaguardar y promocionar nuestros intereses.
En su primer discurso, Pedro Snchez anunci que Nuestra patria es Europa. Dejando de lado estos giros poticos, en trminos de lealtad, lanarrativa para los prximos dos aostendr como titular la Constitucin, los espaoles y el inters de su partido, pero inevitablemente necesitar ceder a las demandas polticas del independentismo cataln (PDeCAT, Compromis y ERC), el nacionalismo vasco (PNV, EH Bildu) y el populismo de extrema izquierda (Unidos Podemos). Las decisiones sobre las cuestiones estratgicas de seguridad se convertirn en un asunto incmodo, sern fuertemente cuestionadas por los socios parlamentarios y necesitarn una compensacin para salir adelante. El inters del PSOE ser asegurar equilibrios, afianzar la confianza de los simpatizantes y recuperar electores como alternativa al cambio, con la vista puesta en las urnas. La opinin pblica se convertir en una herramienta imprescindible para lograr una percepcin favorable. Los asuntos de Defensa no dan votos, pero ayuda a perderlos.
No lo tendr fcil la ministra de Defensa,Margarita Robles, a pesar de contar con experiencia en asuntos judiciales y policiales, como subsecretaria de Justicia y secretaria de Estado de Interior. Continuar con los trabajos emprendidos por el equipo anterior ser un criterio prudencial y acertado, pues en lo esencial, los temas ms relevantes estaban bien orientados.Estasprioridadesestn perfectamente estudiadas y planteadas desde mltiples perspectivas, y responde a criterios no partidistas, sino para que la Defensa pueda cumplir con las misiones encomendadas, que no son nicamente las de salir al exterior, desfilar el 12 de Octubre o aparecer en TV como si fuera una ONG. Hacer efectivas las necesidades presupuestarias ser necesario para poder mantener un ministerio a flote, necesitado de reformas para su modernizacin incluyendo la poltica de personal- y de un nuevo impulso inversor al medio-largo plazo, con las vistas puestas en el 2035.
La poltica de Defensa de los prximos dos aos no podr hacerse efectiva si no cuenta con un mnimo de consenso en lo esencial y si no se toman las decisiones adecuadas para salir de una situacin lmite. El Presidente Snchez y la ministra Robles se darn cuenta de que nuestrasFuerzas Armadasson excepcionales. Las amenazas contemporneas han difuminado la clasificacin entre interior-exterior y seguridad-defensa. La cartera de Defensa tiene vida propia y no debe estar subordinada a la de Exteriores ni a la de Interior. Tampoco al criterio de lopolticamente correctodesde el punto de vista de la opinin pblica. Gobernar Espaa implica estar sujeto a una historia y una ubicacin geogrfica determinada, no solo a un partido avalado por un puado de escaos. La pertenencia a la Alianza Atlntica y a la Unin Europea tiene consecuencias. Tambin el tener en nuestrafrontera sur(Sahel) el conflicto regional ms inestable del mundo. (Gabriel Cortina, Diplomado en Altos Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN))