Putin pierde la guerra en Ucrania v5r6h
El primero de los titulares apareci hace uno meses, entre otros medios, en Swissinfo, plataforma suiza de noticias e informacin multimedia. La noticia se haca eco de unas declaraciones del presidente Biden, que aseguraba - como otros muchos en muchsimas ocasiones - que Putin est perdiendo la guerra.
El artculo ampliaba posteriormente la informacin en los siguientes trminos: A una pregunta de un periodista en la Casa Blanca sobre si Putin es ahora ms dbil, Biden contest: "Es difcil de decir, pero est perdiendo claramente la guerra" y "est perdiendo la guerra en casa". Putin es ahora "un paria en todo el mundo", aadi. A modo de ancdota, recordaremos que en aquellas declaraciones Joe Biden dijo exactamente que Rusia est perdiendo la guerra en Irak (cuando, por razones obvias, debi haber dicho en Ucrania).
Esta aseveracin que pronostica la derrota de Rusia es posiblemente uno de los mantras ms repetidos por los medios de comunicacin (particularmente los occidentales) desde el comienzo de la invasin. Es cierto que los nimos se han enfriado con los pobres resultados de la contraofensiva ucraniana del pasado ao, pero hay quien sigue siendo optimista. Kirylo Budanov, actual jefe de los Servicios de Inteligencia de Ucrania (SBU) afirm hace unos das que la prxima primavera habr nueva contraofensiva.
No obstante, tambin es cierto que Budanov podra estar haciendo mritos con sus declaraciones, ya que se postula como prximo jefe supremo de las Fuerzas Armadas de Ucrania en detrimento del virtualmente defenestrado Valerii Zaluhny (quin cay en desgracia precisamente por afirmar all por noviembre que el conflicto se encontraba en una situacin de estancamiento).
El conflicto ha derivado en una guerra de desgaste con lneas de trincheras y fortificaciones donde cualquier avance supone un gran coste.
En definitiva que, a pesar de los ltimos reveses, no son pocos los que afirman que la victoria ucraniana sigue siendo tan posible como al principio y que, con un poco ms de ayuda financiera y la llegada de los F-16, el xito est asegurado. En nuestra opinin, con o sin F-16, la victoria ucraniana, salvo internacionalizacin del conflicto a gran escala, sigue siendo tan imposible como al principio.
No obstante, tampoco creemos que a Mosc las cosas le estn yendo demasiado bien. Es cierto que Putin est consiguiendo parte de sus objetivos, el ms relevante haber ocupado y anexionado la mayor parte de los territorios que por historia y sentimiento permanecen afines Rusia. Sin embargo, la invasin no provoc el colapso del rgimen de Kiev y el coste de la aventura ucraniana est siendo elevadsimo.
La Operacin Militar Especial, que el presidente ruso imaginaba rpida y contundente, se ha tornado en guerra de desgaste que adems de resultar ms dura de lo que se esperaba, tambin dura ms de lo que se supona. Son ya casi dos aos de incesantes combates y las prdidas rusas son muy relevantes en cantidad y en calidad. Sin ir ms lejos, hace tan solo unos das, en la madrugada del 1 de febrero, la Armada rusa perdi un nuevo navo en aguas del mar Negro, la corbeta lanzamisiles Ivanovets.
En resumen, para el Kremlin el balance es agridulce (probablemente ms agrio que dulce) y ni mucho menos permite grandes celebraciones. Incluso las acciones ofensivas de las ltimas semanas se han saldado con exiguos y muy gravosos resultados (las lneas defensivas ucranianas tampoco parecen dispuestas a ceder fcilmente).
Putin ataca la OTAN o4i4a
Antes de entrar en tan pantanosa materia, debemos sealar que, en lo que al conflicto de Ucrania se refiere, estamos con el cado en desgracia Valerii Zaluhnii y suscribimos aquello del estancamiento. Estancamiento que, a nuestro juicio, va para largo, pues como venimos manteniendo insistentemente, a fecha de hoy, los bandos contendientes controlan aquellas zonas donde cuentan con el mayoritario apoyo de una poblacin afn.
En tales circunstancias y salvo mayscula sorpresa, los movimientos van a ser insignificantes en entidad y descomunales en coste. En resumen, no creemos que Putin est ganando la guerra por goleada, pero tampoco opinamos, no lo hemos hecho nunca, que la vaya a perder estrepitosamente (siempre que se mantenga el actual statu quo y no se produzca la internacionalizacin del conflicto a gran escala).
Partiendo de esta base, parece impensable que el presidente ruso est planeando atacar la OTAN el ao que viene: Con qu y para qu?. De momento las fuerzas rusas apenas pueden mantener el tipo en las zonas ocupadas. Adems, desde hace algunos meses, Kiev ha ampliado el radio de sus acciones.
Hace un ao las incursiones en Crimea eran una celebrada novedad, ahora los ataques ucranianos alcanzan con osada habitualidad el territorio de la propia Federacin Rusa (los drones han llegado hasta la misma capital moscovita). En fin, no parece que desde el punto de vista militar sea muy aconsejable abrir nuevos frentes, sobre todo tratndose, nada ms y nada menos, que de la OTAN. Si la Operacin Militar Especial hubiese ido de fenmenos, el ataque a la Alianza Atlntica seguira siendo una temeraria locura, pero tal y como van las cosas en Ucrania, tal ocurrencia constituira un esperpntico suicidio (todo ello salvo que existan secretos planes con la participacin de terceros y muy poderosos pases que compartan intereses e intenciones con Mosc).
Kiev espera que la llegada de los F-16 represente un salto cualitativo que le permita disputar a Rusia la superioridad area.
Hay quien ha comparado las hipotticas ambiciones de Putin, mutatis mutandis, con las de Hitler antes del inicio de la II Guerra Mundial. Y cierto es que podran encontrarse algunos puntos en comn, sobre todo en la justificacin basada en la presunta obligacin de proteger a las minoras oprimidas, alemanas entonces, rusas ahora, que habitaban en determinados territorios histricos. Empero, tambin conviene sealar una diferencia fundamental de carcter fctico.
Hitler comenz con xitos espectaculares anexionndose el Sarre, Austria, Silesia, Moravia, Bohemia y Memel en lo que fueron autnticos paseos militares, con aclamacin popular incluida. Probablemente esta serie de xitos low cost, le llevaron a invadir Polonia (donde se materializ el estreno de una novedosa blitzkrieg que traera una rapidsima e impresionante victoria) y posteriormente Francia (donde, al menos al principio, no le fue mal). Luego las cosas comenzaron a torcerse por un paranoico exceso de confianza y desmedida ambicin.
Sin embargo, la situacin de Putin es radicalmente diferente y su primera experiencia est resultando ms bien amarga y muy distinta a un imaginario fulgurante xito. No se antoja plausible que no habiendo pasado todava el mal y acerbo trago de Ucrania, el mximo mandatario del Kremlin est pensando en emprender an ms temerarias e imprudentes andanzas.
PD.No obstante, estamos casi curados de espantos y ya nada nos ha de sorprender. Si, unindonos al comn de los mortales (al menos los occidentales), asumisemos que Putin dio orden de volar sus propias infraestructuras: primero el estratgico gasoducto Nordstream (renunciando a los recursos provenientes de la exportacin de gas) y luego la presa de Nova Kajovka (privando a Crimea del agua del Dniepper, vital elemento sin el cual la viabilidad de la pennsula es mucho ms dficil), habramos de asumir que es capaz de cualquier cosa (incluyendo poner en riesgo de destruccin a su propio pas). En definitiva, asumamos con fatdica resignacin que lo que tenga que ser, ser.