Ahora los alemanes estn bombardeando en picado un convoy. Hay uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... siete bombarderos Junkers Ju-87; uno pica en estos momentos contra su objetivo. Lanza Ia bomba... que no llega a ningn objetivo. Otro se lanza dejando una larga estela tras de s...
La voz de Charles Gardner se dejaba oir, da tras da, a travs de los micrfonos de la BBC durante Ias crticas semanas veraniegas de Ia Batalla de Inglaterra , en 1940. Narraba los bombardeos en picado de los Stukas con Ia misma desenvoltura que si de un partido de cricket se tratase, lo que escandalizaba a algunos oyentes y exasperaba a otros que juzgaban excesivamente frvolo tratar de forma alguna tan deportiva unas jornadas del dramatismo de Ias que se estaban viviendo por entonces, en Ias que el destino del Reino Unido pareca jugarse a cara o cruz.
Pero si dramticas eran Ias horas que se vivan en las calles de Londres y Conventry, no menos dramticas eran Ias que le tocaba vivir tambin a todo un smbolo del podero de Ia Luftwaffe como era el Stuka. El avin de bombardeo en picado por antonomasia, el arma infalible, el estandarte de las victorias relmpago de Polonia y Francia estaba cayendo derribado en proporciones que empezaban a ser difcilmente aceptables. El que gozase fama de invulnerable, haba encontrado su contramedida en la RAF, y Ia pregunta general era si el Stuka poda ser eficazmente escoltado por los Messerchmitt Bf-109.
En realidad, Ia idea del bombardeo en picado era de naturaleza ms econmica que militar. Para un grupo de altos mandos de Ia Luftwaffe, Ia destruccin de un objetivo en tierra ita dos soluciones opuestas: o sembrar literalmente de bombas una extensa rea alrededor del blanco a batir (lo que requera un cuatrimotor cargado con tres o cuatro toneladas de explosivos), o por el contrario, atacarlo verticalmente con un pequeo bombardero monomotor y una sola bomba de 500 kg. lanzada en picado, con todo el avin apuntando hacia el blanco. Ello supona, en consecuencia, un gran ahorro de materiales y una superproduccin de bombarderos de pequeas dimensiones, bajo costo y alta disponibilidad, que lo mismo podan cumplir misiones contra grandes objetivos que ataques contra columnas de tropas.
El procedimiento de bombardeo del Ju-87 era simple: al llegar al objetivo, el piloto desplegaba los frenos de picado e inmediatamente empujaba hacia delante la palanca, con lo que zambulla literalmente al Stuka en un violentsimo descenso. Algunos preferan iniciar esta maniobra con medio tonel que les pasara directamente a Ia posicin de invertido (sufriendo menos los efectos de Ia aceleracin de Ia gravedad) desde Ia que bajaban en picado. En ese momento, Ias nicas referencias que tena el piloto eran unas lneas rojas pintadas en diferentes zonas de Ia cabina con las que haba de alinearse el horizonte. Luego, todo era cuestin de dirigir el avin hacia el blanco, como si fuese un caza, y esperar a que se encendiera Ia luz roja en el de instrumentos, momento en el cual oprima un botn sobre Ia palanca de mandos que haca que el Stuka saliese automticamente del picado a unos 500 m. del suelo, con Ia bomba cayendo.
El problema que se presentaba sobre Inglaterra era, simplemente, la caza inglesa. Hasta entonces, los Stuka haban operado cuando Ia Luftwaffe previamente se haba hecho Ia duea indiscutible del cielo, lo que ya no era el caso. Los Me-109 proporcionaban una cierta escolta a grandes alturas, pero en el momento supremo en que los Stuka desplegaban sus frenos de picado y se dejaban caer, ya no podan hacer nada.
Con los antedichos frenos, los Ju-87 mantenan en Ias fases iniciales del picado unos 240 km. por hora, velocidad imposible para los Me-109 cuya superior finura y penetracin aerodinmica les hubiera desbocado a 600 km por hora en pleno descenso. Ello tena por resultado el que Ia caza inglesa estuviese tranquilamente a Ia espera, frotndose las manos, aguardando el justo momento en que los pesados Ju-87 trataran de lanzarse sobre el blanco para impedrselo acribillndolos con los Spitfires y Hurricanes desde todos los ngulos posibles.
Cuando Ias prdidas de Stuka fueron alcanzando valores catastrficos, algunos trataron de endosarles la responsabilidad a los pilotos de Ia caza de escolta, lo que slo condujo a reavivar Ia vieja polmica sobre si la escolta de un bombardero deba ser cerrada o abierta, prxima o libre. Evidentemente, los pilotos de Stuka, de Ia misma forma que los de He-111 Do-17, preferan Ia escolta cerrada, teniendo en cuenta que psicolgicamente el hecho de ver a los cazas propios encima y a los lados les proporcionaba seguridad. Ello, sin embargo, no era compartido por las tripulaciones de los Messerschmitt pues, de esta manera, quedaban obligados a atarse a Ia baja velocidad de los bombarderos a los que haba que proteger, y a repartir su atencin entre stos y Ias mltiples direcciones del cielo por donde podan aparecer los cazas enemigos. La consecuencia ms negativa de todo sto era que con esa filosofa cedan siempre a los Spitfires y Hurricanes de la RAF Ia facultad de ser los primeros en atacar y de decidir el momento adecuado. Los pilotos de los bombarderos, sin embargo, nunca comprendieron, o al menos no del todo, que Ia proteccin ms segura para ellos era Ia llamada caza libre, con los Messerschmitt orbitando en amplios crculos a Ia espera de Ia caza enemiga a las que no dejaran nunca tomar Ia iniciativa.
Con todo, y a Ia luz de Ia Historia, parece que Ia descoordinacin entre unas y otras reas de responsabilidad de Ia Luftwaffe, unidas al tremendo taln de Aquiles del Me-109 que era su cortsimo radio de accin, fue aumentando da a da Ia vulnerabilidad del otrora mtico Stuka, que hubo de ser retirado de Ias misiones de bombardeo vertical el 19 de agosto de 1940.
Texto y lmina: Carlos Prez San Emeterio