Comencemos por la etimologa del trmino disuasin, proveniente del latn (disuadere), y su concepto: acto o efecto, segn la Real Academia, de inducir o mover a alguien a cambiar de opinin o a desistir de un propsito. En ambos casos, como accin o efecto, aparecen, del lado activo, la voluntad de lograr algo de alguien, y del pasivo, la actitud a acceder u oponerse a ello. La disuasin puede constituir un acto aislado o configurarse como estrategia: proceso articulado de actuaciones orientadas a que un tercero se acomode a nuestra voluntad.
En el sustrato de la disuasin subyacen, pues, tanto componentes psicolgicos como elementos racionales. Respecto de los primeros, junto a la valoracin mutua y reciproca de las intenciones, estn la voluntad de incitar y persuadir y la mayor o menor disposicin para acatar o rechazar. Los elementos racionales son evidentes en la credibilidad que debe acompaar a toda disuasin y en el papel del clculo recproco de maximizacin y minimizacin de ganancias y prdidas.
La disuasin presenta dos objetivos, uno inherente: mover la voluntad de un tercero, y otro externo: proteger un valor o inters a travs del efecto disuasorio.
Objetivos y medios estn estrechamente vinculados: el objetivo determina los medios a emplear y la intensidad de su empleo. Los medios estn vinculados a los tipos de poder, los fines al liderazgo estratgico.
La distincin entre tipos de poder, conocida ya en Roma (imperium et potestas) y desarrollada modernamente por Joseph Nye, diferencia entre hard and soft power. Orientados ambos a someter una voluntad ajena, el primero puede acudir a medios violentos extremos, incluida la guerra: acto de fuerza para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad (Clausewitz), mientras que el poder blando emplea medios no violentos ni coactivos. Prototipo mximo de disuasin dura ha sido la nuclear, paradigma, adems, de disuasin total: amenaza de mutua destruccin. Esto hace al arma atmica slo y exclusivamente disuasoria.
Pero, la superioridad militar, incluida la nuclear, no garantiza por s sola la disuasin. Junto al poder duro, se ha sugerido el uso alterno o conjunto del poder blando (Smart Power), entendiendo que el criterio diferenciador entre los dos poderes no es la presencia o ausencia de violencia, fuerza o potencia fsica. Tambin la intimidacin, la coaccin o la presin, psicolgica o moral, son formas de poder duro.
Si los medios de disuasin estn vinculados al tipo de poder, los objetivos lo estn al liderazgo estratgico, al que compete tanto la definicin de los fines como la eleccin de los medios. De hecho, el liderazgo, percibido y valorado por la forma y modo de su ejercicio, es elemento bsico de la credibilidad disuasoria. Por tanto, la opcin de emplear poder duro o blando, de combinarlos o no, con qu intensidad, cundo y dnde, en funcin de los objetivos, son funciones del liderazgo estratgico.
Para ello, ste debe sopesar el nivel de oposicin, resistencia, desinters o aceptabilidad frente a su voluntad, por lo general, vinculado a la condicin de enemigo, adversario, competidor, aliado o amigo de quien se aspira a disuadir.
Finalmente, los desafos y obstculos a los que se enfrenta la disuasin pueden referirse al propio liderazgo estratgico en trminos globales, esto es, en trminos de hegemona, o a intereses concretos. Estas someras referencias a las clases de poder y a las capacidades del liderazgo estratgico, pueden ayudar a comprender la estrategia de disuasin del Presidente Donald Trump.
Si comenzamos por el liderazgo, sorprende el de su figura, que ha logrado, a travs de los medios, proyectar autoridad y poder, y mantener, con un lenguaje populista y provocador, una relacin fluida con amplias bases de la sociedad americana que ha polarizado, demonizando adversarios y fidelizando seguidores. Este fuerte liderazgo interno ha querido proyectarlo sobre la poltica exterior, haciendo de la disuasin su instrumento principal de accin.
Cosa distinta son los medios y forma con que ha ejercido este liderazgo y la naturaleza de algunos de los objetivos, no siempre acordes a la moral, la verdad, la justicia, la equidad o el decoro.
Objetivos principales y los medios de disuasin empleados 68g14
El objetivo ltimo del Presidente Trump fue prontamente proclamado: recuperar la grandeza pasada (Make America Great Again MAGA) y garantizar la supremaca futura (America first). Frente al nuevo competidor hegemnico chino, Trump entendi que Silicon Valley y el complejo industrial militar sostenan la supremaca norteamericana, tanto por la dimensin de su poder econmico como por el aadido de su contribucin conjunta a la sofisticacin tecnolgico-militar.
Su oposicin a las guerras de Ucrania y Gaza ha procurado tambin a Trump una imagen antibelicista. Es la paz otro de sus objetivos? Su oposicin a estas guerras no implica ni pacifismo ni antimilitarismo. Trump, desde su primer mandato, ha promocionado, incluso enfrenndose al Congreso, las exportaciones militares, y realizado enormes inversiones en este sector. Inters prevalente: mantener el control tecnolgico sobre la exportacin. Asegurado ste, para el Presidente Trump la venta de armas y tecnologa militar favorece la economa americana, aumenta la seguridad de pases amigos, incrementa la dependencia tecnolgica respecto a EEUU y fortalece el orden americano y su hegemona.Por ende, el fin de las guerras en Ucrania y Gaza no parece tanto la preservacin de la paz y del orden internacional, como valores en s, sino la ocasin de imponer las propias condiciones que favorezcan intereses econmicos americanos.
Central es, pues, en la idiosincrasia de Trump, el valor de la economa. Resulta problemtica, sin embargo, su concepcin proteccionista. Impulsado por su populismo, Trump viene practicando, desde su primer mandato, una poltica de sesgo neo-autrquico y neo-mercantilista, contraria al vigente orden econmico-comercial. Esta obsesin no parece ajena a la visin de su liderazgo personal. Trump tratara de proyectar la exitosa imagen de su gestin empresarial sobre toda la istracin pblica norteamericana, reforzndola con la figura y cometidos de Elon Musk al frente del DOGE.
En realidad, la visin economicista del Presidente Trump impregna toda su poltica exterior, hasta no poder comprender, sin referencia a ella, ninguna de las principales decisiones de su nuevo mandato.
Iniciativas adoptadas y la dimensin econmico-mercantilista de la poltica disuasoria de Trump 4u3t62
- Canad y Mxico. La disuasin buscaba un mayor control fronterizo (migracin y drogas) por parte de ambos pases para no sobrecargarlo al gasto norteamericano. El primer envite fue para Canad: borrar la frontera sera lo ms barato, segn Donald Trump. Canad sera el 51 Estado de la Unin. Incorporado histricamente el 55% del territorio mexicano a EEUU, Trump no propuso nueva cesin territorial a Mxico, pero como Canad, con importantes supervits comerciales frente EEUU, debera pagar ms para librar a EEUU de inmigrantes y drogas. Mientras no lo hagan, soportarn un 25% de tarifas arancelarias. El Presidente Trump pudo incrementar la cooperacin interfronteriza, pero opt por la disuasin econmica.
- En Panam, acusando a las dos empresas chinas responsables de los puertos de entrada y salida del Canal de estafar con precios abusivos a buques americanos, y alegando inters geoestratgico, Trump amenaz con recuperar el Canal, sin excluir usar la fuerza (We built it, we paid for it, its ours. R. Reagan). La disuasin, reforzada con el recuerdo de la invasin militar contra Noriega (1989), dio resultado: el conglomerado CK Hutchinson, asentado en Hong Kong, no tard en ceder la gestin de sus dos puertos a un fondo de inversin americano liderado por BlackRock. Con dobles alusiones al poder duro, Trump logr el primer objetivo de liberar el Canal de influencia china, queda abierto el objetivo ltimo.
- Groenlandia posee los materiales estratgicos que el Presidente Trump valora como absolute necessity para asegurar su hegemona tecnolgica frente a China, responsable del 70% de la extraccin mundial. El Presidente Trump edulcor su pretensin como esencial para la defensa occidental (poder blando), aunque amonestando que una negativa danesa sera muy inamistosa, al tiempo que dejaba entender que no excluira la fuerza (poder duro). Discutida su estrategia disuasoria en los medios, Trump neg alusin al uso de la fuerza, refirindose curiosamente a la adquisicin de Groenlandia como una gran transaccin inmobiliaria.
- La OTAN. Ya en 2017 estableci Donald Trump que si un pas europeo fuera atacado por Rusia, antes de defenderlo, comprobara su contribucin al gasto de la Alianza. Para el Presidente, el supervit comercial de la UE frente a EEUU era y es incompatible con que stos sigan sufragando la defensa europea. Independientemente de lo razonable del criterio, los medios norteamericanos ms importantes e influyentes se apresuraron a denunciar que Trump condicionaba el cumplimiento de obligaciones legales internacionales y el ejercicio de su responsabilidad poltica en defensa de la libertad y los DDHH a criterios econmicos.
- Ucrania. El Presidente Trump siempre se ufan de poder acabar inmediatamente la guerra de Ucrania. Sin embargo, no dijo que la sometera a imposiciones econmicas draconianas: EEUU recibira el 50% de los beneficios derivados de la explotacin de los recursos naturales, como minerales crticos, hidrocarburos e infraestructuras estratgicas, incluyendo puertos, aeropuertos y redes de transporte, que iran a un fondo de inversin conjunto, sobre el que Washington tendra control prevalente. Objetivo inmediato: resarcir el ingente gasto militar norteamericano en la guerra. Fin ulterior: garantizar la disponibilidad econmica de materiales estratgicos.
- Para la paz de Gaza, el Presidente Trump, tras sugerir la expulsin de los palestinos, propuso convertirla en la Riviera ms lujosa de Oriente Medio. Al hacerlo as, Donald Trump se desnudaba a s mismo como promotor inmobiliario, por encima de su exigible condicin de estadista.
En conclusin, los objetivos disuasorios en las ltimas decisiones de Trump as como los medios en ellas empleados presentan una innegable dimensin econmico-comercial. Relegando medios de poder blando, como el dilogo, la persuasin, la negociacin, el acuerdo o la cooperacin, Trump ha impregnado toda su poltica exterior, adems de amenazas constantes, de sanciones econmicas, bloqueo de activos bancarios, imposicin de aranceles comerciales, listas negras de empresarios y empresas en suma, instrumentos de poder duro de naturaleza econmica.
Aunque ha acudido a la amenaza y al uso de la fuerza respecto a enemigos declarados como Irn y sus proxis Hamas, Hezbollah o los Huthies, no ha excluido del poder duro a amigos y aliados para que aceptaran sus propuestas, vinculadas, en general, a una visin prioritariamente econmico-comercial.
Contrariamente a la opinin extendida de que la poltica de Trump representa una vuelta de los EEUU a su aislacionismo histrico, en realidad, es ms bien el retorno a un fuerte proteccionismo. El aislacionismo es incompatible con una poltica generalizada de amenazas directas e indiscriminadas, con el agresivo y generalizado intervencionismo sancionador econmico-arancelario y, sobre todo, con manifestaciones de voluntad de expansin territorial (Canad, Panam, Groenlandia), ms propias de una renacida doctrina Monroe y ms acordes con la grandeza que Trump reclama para Amrica.
En suma, todo indica que Trump busca un orden mundial que refuerce la hegemona norteamericana, de modo que pueda defender su economa imponiendo las reglas econmico-comerciales a seguir, con el apoyo del poder duro que le garantiza su supremaca tecnolgico-militar. (Antonio Nuez Garca Sauco, Embajador de Espaa)
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