Todas las guerras se parecen, todas las paces son diferentes, pero cada una lo es una a su manera. Este smil de la clebre frase de Len Tolstoi en su novela Ana Karenina viene a indicar que el fin de la guerra en Ucrania presenta unas caractersticas nicas, que la diferencian de otros conflictos de la historia.
En primer lugar, porque es una guerra que se desarrolla bajo la amenaza del arma nuclear, lo que la hace especialmente peligrosa. El apoyo militar gradual y limitado que Washington ha dado a Kiev solo se entiende como la forma de evitar una escalada que termine por desembocar en una posible respuesta nuclear de Mosc. Si no contara con su enorme arsenal nuclear, no habra habido restricciones en el apoyo a Ucrania y, probablemente, el ejrcito ruso estara ya derrotado.
En segundo lugar, porque Rusia se encuentra, en estos momentos, en una situacin militar ventajosa. Utilizando una tctica tipo salami, con avances mnimos pero acumulativos de sus tropas, los rusos han sido capaces de mantener su capacidad ofensiva, e incluso incrementarla a medida que avanza la guerra. Con su economa adaptada al esfuerzo de guerra, un gasto militar total que representa un tercio de su presupuesto nacional, un crecimiento del PIB del 4,1 % en el 2024 y la inflacin contenida en menos del 10 %, Rusia es capaz de atender las necesidades de su poblacin y abastecer simultneamente de personal y material a sus fuerzas armadas.
Si en marzo de 2022 el ejrcito ruso tena en la zona de operaciones 130.000 soldados y 1.800 carros de combate, en febrero de 2025 este nmero ha aumentado hasta los 650.000 soldados y 3.400 carros de combate. Adems, el suministro de municin de artillera, municiones merodeadoras y misiles balsticos de Irn y Corea del Norte han reforzado sus capacidades y acentuado su ventaja militar.
Por el contrario, la situacin militar de Ucrania es mucho ms complicada. Tras la euforia del alistamiento de los primeros meses, Kiev tiene ahora serios problemas de movilizacin y apenas alcanza a cubrir sus bajas, a pesar de ofrecer buenos sueldos a los potenciales reclutas. El hasto de la guerra y el pesimismo est calando en una poblacin que parece haber perdido la fe en la victoria. Solo los drones, de los que en enero de 2025 Ucrania puso en marcha 40.000 de diversos tipos, han permitido en parte compensar la falta de efectivos y estn siendo determinantes para frenar el avance ruso.
Tampoco ha terminado bien para Ucrania la sorpresiva ofensiva de agosto de 2024 en Kursk, una regin fronteriza rusa de gran carcter simblico, por haber tenido lugar all la mayor batalla de carros de combate de la Segunda Guerra Mundial. La dificultad de obtener ventajas militares significativas indica que, muy posiblemente, Kursk se concibi como una operacin de imagen de cara a la opinin pblica nacional e internacional, ms que como una batalla decisiva para cambiar el ritmo de la guerra. La cada del enclave en marzo de 2025 ha privado a Kiev, junto con algunas de sus mejores tropas y mucho material occidental, de su principal baza negociadora en una eventual negociacin con Mosc.
Ahora Ucrania tiene que taponar la brecha que se le ha abierto en Kursk, al tiempo que contiene la ofensiva rusa en Dombs, un doble esfuerzo militar que puede resultar excesivo. Puede ocurrir que no consiga ni lo uno ni lo otro, e incluso que el pndulo de la opinin pblica y del apoyo internacional bascule desfavorablemente, a medida que las noticias del frente sean un redoble constante de territorios, ciudades y pueblos perdidos.
Pero quiz el elemento que ms va a influir en el fin de la guerra sea el cambio de enfoque de EEUU, que ya no buscan una victoria sobre Rusia en los trminos planteados por la istracin Biden, ni tienen especial inters por preservar la integridad territorial de Ucrania, o dejar claro que las agresiones no dan frutos. Tampoco creen que los avances rusos en Ucrania vayan a empujar al rgimen de Putin a amenazar a la OTAN, o a Europa. Su implicacin en las negociaciones de paz se centra principalmente en lograr un nuevo acuerdo geopoltico amplio con Rusia que ira ms all de la guerra en Ucrania. Para ello, bastara crear un espejismo de paz, aunque su contenido y duracin sean irrelevantes.
La nueva generacin de polticos en torno al vicepresidente, J.D. Vance y al secretario de Defensa, Pete Hegseth cree firmemente que EEUU no puede permitirse seguir perdiendo el tiempo asumiendo la carga de la defensa de Europa y parece dispuesta a intercambiar su papel en la seguridad europea, incluyendo Ucrania, por la cooperacin con Rusia en una serie de cuestiones extraeuropeas, como Groenlandia, Irn, Corea del Norte, o Siria. Algunos en la istracin Trump incluso suean con recuperar a Kissinger, creando una nueva relacin estratgica, esta vez con Mosc, ante un eventual enfrentamiento con China en el Indo Pacfico.
La nueva estrategia del palo y la zanahoria norteamericana consistira ahora en palo para Ucrania y zanahoria para Rusia. A la primera se le privara, en caso de no someterse a los designios norteamericanos, de ayuda militar, incluida el intercambio de inteligencia, lo que tendra consecuencias decisivas en el campo de batalla. A la segunda se la seducira con el desbloqueo de los activos congelados y el levantamiento de sanciones, algunas de las cuales provienen de la UE. Tambin se la excluira del rgimen de tarifas aduaneras aplicado al resto del mundo.
En este entorno diplomtico favorable, y con sus tropas avanzando en diversos frentes, ser difcil que Rusia acepte cualquier tipo de negociaciones de paz en trminos que no estn prximos a la capitulacin. Su estrategia de desgaste, empleada para maximizar el nmero de bajas enemigas, aun asumiendo un elevado nmero propio, es algo que Rusia, con su mayor poblacin y recursos econmicos y militares, puede permitirse, pero Ucrania no. Mosc puede apoyarse en su economa de guerra y no tiene necesidad de negociar, mientras confe en que puede desangrar a Ucrania hasta la rendicin y sobrevivir al embargo y al apoyo occidental a Kiev.
Rusia estara de acuerdo con la idea de un alto el fuego, siempre que se cumplan una serie de duras condiciones para Ucrania: en primer lugar, la aceptacin de la soberana rusa sobre Crimea y las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersn y Zaporiya que Rusia considera parte de su territorio. Fuera quedaran las provincias de Jrkov, y sobre todo Odesa, la joya de la corona, que Mosc piensa podra ganar por medio de referndum. Segundo, la neutralidad de Ucrania y su renuncia a la integracin en la OTAN. Tercero, el fin de la ayuda militar extranjera unida a una reduccin significativa del ejrcito ucraniano. Cuarto, la oposicin a cualquier equipo de despliegue militar europeo en territorio de Ucrania, ni siquiera como fuerzas de paz. Finalmente, Rusia pide el levantamiento de las sanciones econmicas impuestas desde 2022, muchas de las cuales son europeas.
La estrategia es una cuestin de eleccin, y es difcil saber s Rusia lograr salirse con la suya. Pero al final la realidad, siempre tozuda, se impone. Ms all de la guerra, Ucrania tendr muy difcil negociar razonablemente con Mosc para evitar que una Rusia que se siente dominante en el campo de batalla y fuerte en el diplomtico, se lo lleve todo.
Si no lo consigue y Rusia termina por imponerse, el resultado ser una Europa menos segura en la que no se proteger la existencia de una Ucrania independiente y en la que el vnculo transatlntico, durante tantas dcadas garanta de la seguridad europea, habr quedado gravemente daado. Se habr creado un sucedneo de paz; difcilmente una paz verdadera. (Ignacio Fuente Cobo, Coronel de Artillera, Analista Principal del IEEE)
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