El general estadounidense Mark Milley ces como Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) de Estados Unidos el pasado 29 de septiembre. Milley vena mostrndose firme partidario del apoyo militar a Ucrania y pareca convencido de que sus Fuerzas Armadas iban a repetir los xitos cosechados el verano del ao 2022.
Sin embargo, en una de sus ltimas entrevistas, la concedida a CBS el 10 de septiembre, se mostraba menos optimista. El antiguo JEMAD USA reconoca haber apoyado al alto mando ucraniano en el planeamiento y preparacin de la operacin pero, a la vez, se mostraba menos optimista sobre sus progresos.
Milley, preguntado por el desarrollo de la contraofensiva, afirmaba: Est yendo ms lenta de lo que se esperaba en los planes y simulaciones, pero esa es la diferencia entre la guerra sobre el papel y la guerra real. As, si estamos en una situacin real donde los soldados mueren de verdad y los vehculos estallan de verdad, en estas circunstancias el personal tiende a bajar el ritmo. Pero se hace de forma deliberada, y se hacen progresos cada da.
Viniendo de quien vienen, estas ambiguas, lacnicas y prudentsimas declaraciones denotan que las cosas no van bien, aunque se trate de mantener un atisbo de esperanza. Lo cierto es que la contraofensiva de Kiev se est encontrando con enormes problemas y ya hay quien habla de la posibilidad de una contra-contraofensiva rusa.
Columna de BMP,s en Dombs; en primer plano se puede ver la bandera de Rusia y al fondo la insignia de la unidades paracaidistas.
Qu est pasando con la contraofensiva ucraniana 6t6l1r
El principal problema de la contraofensiva ucraniana ha sido el exceso de confianza y triunfalismo. En primer lugar se minusvaloraron las capacidades y determinacin del enemigo ruso hasta tal punto que la operacin se pregon a los cuatro vientos con cierta bravuconera y gran imprudencia. De esta forma las fuerzas rusas tuvieron tiempo de preparar unas lneas defensivas que hasta el momento siguen mostrndose muy slidas.
Perdido en origen el efecto sorpresa y habiendo dado tiempo a preparar las defensas, la pretendida guerra relmpago acab en tronado fracaso con enorme dispendio de medios y sangra de personal. Estas prdidas dieron lugar dos nuevos problemas: las alianzas y el personal.
En el marco internacional, los pobres resultados de la contraofensiva se han interpretado en clave muy negativa. La opinin pblica comienza a mostrarse cada vez menos partidaria de apoyar una guerra que ya se hace demasiado larga, cuyo desenlace no se ve de forma tan optimista y que se ha convertido en un agujero negro que consume recursos sin medida ni fin.
Los polticos cuyas carreras dependen de la opinin pblica y de la marcha de la economa tambin comienzan a dar seales de hasto, mostrndose cada vez menos entusiastas (tanto Estados Unidos como la Unin Europea han congelado al menos de momento muchas de las partidas que seran necesarias para que Ucrania pudiera proseguir sus campaas).
En el mbito nacional tambin los problemas crecen. En varias ocasiones hemos sealado que el taln de Aquiles de las fuerzas ucranianas es el personal. Las capacidades demogrficas del pas son reducidas y la movilizacin se encuentra al lmite, tanto por la escasez de personal apto como por la lacra de la corrupcin.
En una noticia aparecida en el New York Times a finales de agosto se afirmaba que fuentes oficiales de Estados Unidos haban estimado que las bajas ucranianas podran rondar los 70.000 efectivos, pero hay quien opina que la cifra, que oficialmente constituye secreto de Estado, podra ser mucho mayor. El caso es que el reclutamiento se enfrenta a muy importantes problemas de cantidad y calidad.
En lo que se refiere a la cantidad el nmero de ucranianos disponibles comienza a no ser suficiente, circunstancia agravada por el decreciente alistamiento de combatientes extranjeros. En cuanto a la calidad tambin empieza a no ser la requerida, se estn movilizando reclutas que no renen las necesarias aptitudes (tanto por condiciones psicofsicas como por edad) y actitudes (tanto por falta de experiencia como de espritu).
La reposicin de efectivos con soldados bisoos y, en ocasiones, poco motivados est provocando problemas adicionales de eficacia operativa (segn parece adems de en las bajas se est registrando un aumento en el nmero de deserciones y rendiciones).
En este contexto, el pasado 2 de octubre el Parlamento ucraniano aprob una ley que podra facilitar la ampliacin de la horquilla de movilizacin para situarla entre los 16 y 65 aos (aunque en principio con ciertas limitaciones) y que permite retirar la pensin a los familiares de los soldados que se rindan indebidamente (se ignora como podr gestionarse el asunto ante la dificultad de acreditar las circunstancias de una posible rendicin).
Lo cierto es que el camino parece abierto a una movilizacin universal que comienza a parecerse al Volssturm del III Reich que, decretado en octubre de 1944 (la guerra ya estaba perdida), obligaba a incorporarse a filas a todos los varones de entre 16 y 60 aos. Conviene recordar que la medida no sirvi para nada salvo para aumentar el derramamiento de sangre. Segn las memorias de algunos oficiales este personal no estaba preparado para luchar y, aunque mostraban valor, en las ms de las ocasiones ms que ayudar, entorpecan el desarrollo de los combates.
La superioridad area es un factor clave en la fortaleza de las defensas rusas, en la imagen un SU-25.
La posibilidad de una contra-contraofensiva rusa 3pk5f
Ya han surgido algunas voces que aseguran que Mosc est a punto de lanzar una contra-contraofensiva para devolver el golpe al adversario; incluso se habla de objetivos conjeturando sobre dos posibles ejes. El primero al norte en direccin a Jarkov (que podra tratarse de una maniobra de diversin) y el otro al sur con la audaz intencin de alcanzar Odessa (este sera el principal y verdadero objetivo pues con ello se controlara toda la costa del mar negro cerrando la salida a Ucrania).
Hay razones que podran justificar la opcin de una operacin ofensiva. En primer lugar el momento parece oportuno por la aparente debilidad ucraniana: fracaso de las ltimas operaciones, elevado desgaste de sus fuerzas, dudas de sus aliados occidentales, paralizacin del envo de ms paquetes de ayuda militar, problemas de movilizacin
Por otra parte Mosc disfruta de algunas ventajas coyunturales que podran aconsejar tratar de asestar el definitivo golpe: acumulacin de fuerzas sobre el terreno (Rusia podra disponer de alrededor de 500.000 efectivos en zona de operaciones), superioridad en determinadas capacidades de combate (en particular en medios areos, guerra electrnica y artillera) y opinin pblica favorable (el fracaso ucraniano en estos ltimos lances ha hecho que Putin recupere niveles de popularidad contando con un apoyo cercano al 80 %).
Sin embargo tambin hay razones que podran aconsejar no emprender nuevas aventuras. En primer lugar y teniendo en cuenta que el verano se ha saldado con resultados aceptables, parece que no es el momento de cambiar de estrategia asumiendo riesgos innecesarios (Mosc, tras los reveses iniciales, se inclin por una guerra de desgaste y ahora el tiempo parece correr a su favor).
Por otra parte, la ciudadana rusa est relativamente tranquila y una operacin ofensiva que no fuese un rotundo xito o que tuviese cuantiosas prdidas podra tener un efecto muy negativo en la voluble opinin pblica. Putin tambin tiene ao electoral a la vista y no creemos que quiera poner en peligro su en este momento casi segura reeleccin. Por todo ello apostamos con gran probabilidad de yerro a que el oso ruso optar por un prudente letargo invernal y en marzo del ao que viene (despus de las elecciones presidenciales) Dios dir.